Chelsea jugó un grandísimo primer tiempo, luego se apagó en el complemento y le ganó con sufrimiento 2-1 a Palmeiras con goles de Cole Palmer, la figura, y Agustín Giay en contra. De esta manera, dejó al Mundial de Clubes sin semifinal brasileña. Enfrentará a Fluminense por un lugar en la final.

Nada tuvo que ver esta versión del Chelsea con aquella que perdió con Flamengo. Aquel fue un equipo pesado que sufrió la dinámica de su segundo rival en la fase de grupos. Sobre el césped del Lincoln Financial Field de Filadelfia, por el contrario, se vio la diferencia que se suponía que debía existir a favor de los europeos.

Enzo Maresca no pudo contar con el ecuatoriano Moisés Caicedo ni con el capitán Reece James, dos fijas en el equipo titular, y por eso se vio obligado a reamar la mitad de la cancha. Cambió el esquema al ubicar a Palmer como un clásico enganche y dejó a Malo Gusto como carrilero por la derecha. El que aprovechó muy bien la chance fue Andrey Santos, decisivo en muchas de sus intervenciones como mediocampista central.

De esta manera, el conjunto inglés pobló la mitad de la cancha, le ganó esa crucial batalla a Palmeiras y lo puso a correr detrás de la pelota. Palmer recibió una y otra vez a espaldas del doble cinco rival y así llegó el gol: recibió de Trevo Chalobah, el central que se animó a conducir, con un control quedó de frente al arco, gambeteó y definió al palo derecho de Weverton. Golazo a los 16 minutos de juego. Ya había avisado con una acción similar que hizo lucir al arquero brasileño.

Marc Cucurella fue stopper izquierdo en la línea de tres y no pasó tanto al ataque, pero igualmente tuvo una ocasión clara a la salida de un tiro de esquina. También llegó hasta posición de gol Enzo Fernández, que le pegó mordido de tres dedos, e hizo lo propio Christopher Nkunku. En tanto, Vanderlan, de cabeza, tuvo una ocasión aislada para el Verdao, que sintió como un alivio irse al descanso perdiendo apenas por 1-0.

En el complemento fue otra la historia. El conjunto paulista salió con otro ímpetu, llevó el partido a su terreno favorito, el de la disputa, la fricción y esas mañas propias del fútbol sudamericano. Estevao, el chico de 18 años que ya fue comprado por Chelsea, anticipó para recibir un pase de Richard Ríos, hizo una definición de crack al techo del arco y lo gritó sin importar que del otro lado estaba su próximo club.

Chelsea ya no tuvo la fluidez del primer tiempo y a partir de allí se vieron los mejores minutos de Palmeiras. El partido quedó partido y en ese ida y vuelta los que pegaron fueron los Blues con un tiro de Malo Gusto que rebotó en Giay y desconcertó al arquero Weverton. Fue el gol de la clasificación.